INTRODUCCION
Sin duda, la lógica es una
de las principales áreas de la filosofía. En la medida en que con la lógica
aprendemos a obtener y evaluar la información que recibimos de nuestro medio,
esta disciplina nos ofrece un conocimiento necesario para obtener un aprendizaje
estructurado, ya sea científico, tecnológico, social o artístico.
DESARROLLO
Definición de lógica
La
lógica es la disciplina filosófica que tiene un carácter formal, ya que estudia
la estructura o formas de pensamiento (tales como conceptos, proposiciones,
razonamientos) con el objeto de establecer razonamientos o argumentos válidos o
correctamente lógicos.
Además de estudiar las estructuras que
conforman el pensamiento, a la lógica le interesa descubrir las leyes y los principios que permiten
conducirnos con rigor, precisión y verdad hacia el conocimiento.
Una definición que nos puede ayudar a
resumir los principales objetivos de la lógica es la que nos proporciona
Gregorio Fingermann; para este autor la lógica es: "La ciencia de las
leyes y de las formas del pensamiento, que nos da normas para la investigación
científica y nos suministra un criterio de verdad".
a) Una
disciplina teórica. En cuanto que es considerada como una
ciencia o un conocimiento "que investiga, desarrolla y establece los
principios fundamentales proveyendo los métodos necesarios para distinguir el
razonamiento correcto del incorrecto. A través de todos estos procesos, la
lógica pretende encontrar la verdad".
b) Una
disciplina práctica o normativa. En la medida en que
entraña una técnica, un arte o una destreza que nos permite interpretar el
razonamiento correcto y a la vez criticar el razonamiento incorrecto, de la
manera como lo hizo Aristóteles en sus refutaciones sofísticas.
Así, muchas veces se dice que la
utilidad de la lógica estriba en que nos enseña apensar correctamente y que, por ello, más que una ciencia
es un verdadero arte o entrenamiento de nuestras facultades cognoscitivas.
Muchas veces se dice que la lógica es una "gimnasia" mental que nos
entrena a usar correctamente nuestro intelecto.
LEYES DEL
PENSAMIENTO: LOS PRINCIPIOS LÓGICOS SUPREMOS
La ciencia, dice Aristóteles, "se
deriva de principios que son necesarios" y que no necesitan ser
demostrados porque son en sí mismos evidentes.
De esta manera, la ciencia, el conocimiento mismo, parte de ciertos principios fundamentales o "puntos de partida", sin los cuales no sería posible pensar con orden, con sentido y rigor lógico.
De esta manera, la ciencia, el conocimiento mismo, parte de ciertos principios fundamentales o "puntos de partida", sin los cuales no sería posible pensar con orden, con sentido y rigor lógico.
La lógica tradicional nos habla de los
principios lógicos supremos que rigen el proceso del pensamiento. Estos
principios son de tal amplitud que se aplican a las distintas ciencias
particulares (matemática, física, historia, etcétera).
El campo extraordinariamente amplio de
aplicación de las leyes de la lógica se explica por el hecho de que estas leyes
reflejan facetas y relaciones de los objetos del mundo material tan simples que
se dan en todas partes. Estos principios lógicos son cuatro:
a) El principio de
identidad
Este principio establece que todo
objeto es idéntico a sí mismo y se simboliza de esta manera:
"A es A"
Decir que una cosa es idéntica a sí
misma significa que una cosa es una cosa. Podemos decir que una cosa cambia
constantemente, sin embargo, sigue siendo ese mismo objeto, pues si no fuese
así, no podríamos decir que ese objeto ha cambiado.
Todas las cosas, por mucho que éstas cambien,
tienen algo que las identifica, un sustrato lógico que nos permite
identificarlas en la totalidad de sus diversas situaciones. La identidad es una
ley de nuestro pensamiento, ya que éste reclama buscar la identidad de las
cosas.
En primera instancia, cuando formalmente aludimos al primer principio lógico llamado de identidad, nos referimos a los objetos o cosas, por lo cual, hablando con rigor, éste sería un principio de carácter ontológico, porque nos referimos a las cosas (recordemos que la ontología estudia los objetos o cosas). Para que fuera un principio estrictamente lógico tendríamos que aplicarlo o referirlo a los juicios o enunciados, diciendo, por ejemplo: que "todo enunciado es idéntico a sí mismo".
Pues bien, es necesario tomar en cuenta
esta misma observación al estudiar los demás principios lógicos supremos que
postula la lógica tradicional, en los cuales advertiremos siempre un plano
ontológico (cuando se refieren a objetos o cosas) y un plano lógico (cuando se
refieren a formas lógicas, como los juicios).
b) El principio de no
contradicción
Este principio se enuncia diciendo:
"es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo
sentido". En forma esquemática se puede simbolizar así:
"Es imposible que A sea B y no sea
B."
Por ejemplo, no es posible que un
objeto sea un libro y no sea, a la vez, un libro. Es posible pensar que el
objeto pueda ser algo ahora y no ser ese algo después, pero no al mismo tiempo.
Así, lo que antes fue un libro puede ser ahora basura o cenizas. Yo puedo estar
aquí ahora y no estar después, pero no al mismo tiempo.
Así como el principio de identidad nos
dice que una cosa es una cosa, el principio de no contradicción nos dice que
una cosa no es dos cosas a la vez.
En el plano lógico, de los juicios,
este principio de no contradicción nos dice que: dos juicios contradictorios
entre sí no pueden ser verdaderos los dos.
c) El principio del tercero excluido
Este principio declara que todo tiene
que ser o no ser "A es B" o "A no es B".
Si decimos, por ejemplo, que "el
perro es un mamífero" y que "el perro no es mamífero", no
podemos rechazar estas dos proposiciones como falsas, pues no hay una tercera
posibilidad.
En el principio de tercero excluido es
preciso reconocer que una alternativa es falsa y otra verdadera y que no cabría
una tercera posibilidad.
Este principio, a diferencia de los otros,
no fue planteado por Aristóteles, sino por el filósofo alemán Wilhelm
Leibniz (1646-1716).
El principio de razón suficiente nos
dice que "todo objeto debe tener una razón suficiente que lo
explique". Lo que es, es por alguna razón, "nada existe sin una causa
o razón determinante".
Dice Leibniz en su Monadología:
Nuestros razonamientos están fundados sobre dos grandes principios: el
de contradicción, en virtud del cual juzgamos falso lo que implica
contradicción, y verdadero lo que es opuesto o contradictorio a lo falso, [...]
y el de razón suficiente, en virtud del cual consideramos que no podría
hallarse ningún hecho verdadero o existente, ni ninguna enunciación verdadera,
sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo. Aunque
estas razones en la mayor parte de las cosas no pueden ser conocidas por
nosotros.
El principio de razón suficiente nos da
respuesta a una exigencia natural de nuestra razón, según la cual nada puede
ser nada más "porque sí", pues todo obedece a una razón.
Pongamos algunos ejemplos que ilustran
este principio lógico supremo:
El cuadrado de la hipotenusa es igual a
la suma de los cuadrados de los catetos por alguna razón, y esa razón se nos da
cuando hacemos la demostración del teorema [de Pitágoras]. Los planetas se
mueven en órbitas elípticas por alguna razón, y esa razón aparece cuando
acudimos a la ley de la Gravitación Universal. La Revolución mexicana se
produjo por alguna razón, y esa razón surge cuando estudiamos sus antecedentes
y consecuencias.
En suma, el principio de razón
suficiente nos dice: "todo tiene una razón de ser".
CONCLUSIÓN
La lógica es una
disciplina que tiene un carácter formal ya que estudia las estructuras o formas
del pensamiento con el objeto de establecer cuáles son los razonamientos o
argumentos válidos.
El pensamiento se rige por
cuatro principios lógicos que permiten pensar con orden, sentido y rigor: el
principio de identidad, de no contradicción, del tercero excluido y de razón
suficiente.
Principio de identidad:
todo objeto es idéntico a sí mismo ("A es A").
Principio de no
contradicción: es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo
sentido ("es imposible que A sea B y no sea B").
Principio del tercero
excluido: todo tiene que ser o no ser ("A es B" o "A no es
B"). Principio de razón suficiente: todo objeto debe
tener una razón suficiente que lo explique.
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